Según Freud, existían tres maneras de justificar dichas creencias: por tradición, por pruebas transmitidas históricamente y por temor, al estar prohibido cuestionarlas. Para Freud, la última "prueba" era la que resultaba mas sospechosa, pues "El motivo de semejante prohibición no puede ser sino que la misma sociedad conoce muy bien el escaso fundamento de las exigencias que plantea con respecto a sus teorías religiosas. Si no fuera así, se apresurarían a procurar a todo el que quisiera convencerse por sí mismo los medios necesarios".
Primera edición en alemán de La interpretacion de los sueños |
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